En 1823, Friedrich Wöhler, completó sus estudios de medicina en Alemania
y viajó a Estocolmo para trabajar bajo la supervisión de Berzelius.

En
1928, Wöhler observó al evaporar una disolución de CIanato de amonio,
la formación de unos cristales incoloros de gran tamaño, que no
pertenecían al cianato de amonio.
El análisis de los mismos
determinó que se trataba de urea. La transformación observada por Wöhler
convierte un compuesto inorgánico, cianato de amonio, en un compuesto
orgánico, la urea, aislada en la orina de los animales.
Este
experimento fue la confirmación experimental de que los compuestos
orgánicos también pueden sintetizarse en el laboratorio.